Entrevista a Alex Llovet, fotógrafo y editor

Retrato del fotógrafo Alex Llovet realizado por Martí Andiñach.
Retrato de Alex Llovet. © Martí Andiñach.

Estrenamos una nueva sección en el blog dedicada a entrevistas, con el fotógrafo barcelonés Alex Llovet, cofundador y editor de la editorial independiente especializada en fotolibros Ediciones Posibles.

En julio de 2022, Alex Llovet lanzaba su último fotolibro Summer’s almost gone, publicado por Ediciones Posibles. Un centenar de bellas y delicadas imágenes, tomadas durante los veranos de 2016 a 2021 en diferentes lugares de Inglaterra y España, acompañadas por la prosa poética de la escritora Lara Moreno, que conforman un particular álbum familiar de vacaciones estivales. Un magnífico trabajo de narrativa visual que destaca, de nuevo, por una mirada poética que logra ensalzar lo cotidiano.

Tras seis años de trabajo y cinco maquetas diferentes, Summer’s Almost Gone supone la culminación formal de una investigación poética y conceptual donde la puesta en página evoca el funcionamiento de la propia memoria: veinticuatro secuencias en forma de cuadrípticos desplegables que actúan como fotogramas verticales de un falso documental, imágenes veladas, momentos que apenas recordamos, páginas que el lector deberá ir desplegando para asomarse a las ventanas del pasado.

Alex Llovet.
  • Cubierta del fotolibro Summer's almost gone del fotógrafo Alex Llovet.
  • Interior del fotolibro Summer's almost gone del fotógrafo Alex Llovet.
  • Interior del fotolibro Summer's almost gone del fotógrafo Alex Llovet.
  • Interior del fotolibro Summer's almost gone del fotógrafo Alex Llovet..
  • Interior del fotolibro Summer's almost gone del fotógrafo Alex Llovet..
  • Interior del fotolibro Summer's almost gone del fotógrafo Alex Llovet..
  • Interior del fotolibro Summer's almost gone del fotógrafo Alex Llovet..
  • Detalle de un texto de Lara Moreno en el interior del fotolibro Summer's almost gone.

Para aquellos que no lo conozcáis, Alex Llovet es fotógrafo y cofundador de ediciones Posibles. Su trabajo gira en torno a tres grandes ejes temáticos: la identidad, el paso del tiempo y la relación del ser humano con la naturaleza, caracterizándose por la voluntad de construir un discurso poético conceptual donde sublimar lo cotidiano para desvelar realidades más allá de las apariencias, cuestionando así los límites entre realidad y ficción.

Entrevista a Alex Llovet

¿Cuándo llegó la fotografía a tu vida y cómo supiste que tu lugar estaba detrás de la cámara?

La primera vez que tomé una foto fue en un viaje a Marruecos. Tenía 19 años y nos embarcamos con dos amigos, Josep Maria de Llobet (ahora la otra mitad de Ediciones Posibles) y Julio Manrique (el actor y director teatral) en el que prometía ser un viaje iniciático. Antes de partir, mi padre me regaló su vieja Canon AE1, curiosamente fabricada en 1974, el año de mi nacimiento. Como Josep Maria ya tenía algo de experiencia con su vieja Nikon, me introdujo en sus rudimentos. Fue un auténtico flechazo. Desde entonces, la fotografía siempre me ha acompañado.

¿Cómo definirías tu fotografía? ¿Crees que tienes lo que podría llamarse un «estilo fotográfico»?

Es difícil definir sin encasillar y no me siento particularmente ligado a ninguna corriente específica. Además, a lo largo de los años mi trabajo ha ido evolucionando, aunque siempre se haya mantenido vertebrado alrededor de algunas constantes: una cierta mirada lírica, la voluntad de disolver los límites entre realidad y ficción, y mi interés por la identidad, la memoria, y la relación entre el hombre y la naturaleza, centrándome siempre en mi territorio cercano (tanto físico como emocional).

¿Qué consideras prioritario: la idea de un proyecto, o dejar que las fotografías individuales vayan desvelando en ti su sentido final?

Yo siempre trabajo con proyectos y la mayoría de veces surgen revisando mi archivo. De vez en cuando, doy con una imagen que actúa como detonante, algo que me sugiere una idea, un tema a partir del cual desarrollar una narrativa, y al rebuscar en mis fotos realizadas en los últimos años tomo consciencia de su presencia, tan insistente como inconsciente, y tiro del hilo sin necesidad de tomar ninguna foto nueva. Dicho esto, en alguna ocasión también ha aparecido primero la idea y luego me he dedicado a realizar las imágenes. Pero, en ambos casos, necesito tener clara la conceptualización del proyecto para poder darle forma. Claro que me interesan las imágenes individuales, pero mucho más la narrativa visual, así que estas se quedan en un cajón, a la espera de entrar en algún proyecto futuro…

Faraway So Close del fotógrafo Alex Llovet.
Faraway so close de Alex Llovet.

¿Cuáles son los elementos clave que deben estar presentes cuando estás armando tu proyecto fotográfico?

Como te decía antes, lo primero es tener bien definida la idea, el tema principal, el propósito del trabajo. Después trato de que cada imagen se aguante por sí sola, que tenga suficiente capacidad evocadora como para no depender de las otras y funcione como una ventana a donde asomarse para descubrir algo más grande, algo que el espectador deberá completar. No me interesan las fotos que se acaban en sí mismas. Además, en el contexto de un proyecto, también debe ser capaz de aportar algo nuevo al desarrollo del tema, sumar un nuevo elemento de significación. Y por encima de todo, probablemente lo más importante es dar con el tono adecuado donde cada fotografía cohabite con las demás hasta crear una constelación harmónica, creíble y coherente.

¿Cómo es el proceso de edición para ti: un reto que te hace plantearte más a fondo tus ideas o algo orgánico con lo que disfrutas descubriendo diferentes niveles de lectura de tus imágenes?

¡Las dos cosas! Editar es un proceso maravilloso. Allí es donde se desvelan tus verdaderas intenciones y tus miedos y esperanzas más profundos. El proceso de edición es un espejo donde enfrentarte con quien eres, cómo interpretas lo que te rodea, y cómo te muestras al mundo. Y efectivamente, en el camino surgen un montón de dudas que te ayudan a afinar y evolucionar las ideas originales. Hay que estar abierto, receptivo, y preparado para practicar el desapego. A menudo la clave está en atreverse a descartar. Y también muy atento al orden de las elegidas y a su capacidad para crear una buena la narrativa visual, pues las mismas imágenes ordenadas de distintas maneras explican historias o puntos de vista muy distintos.

Cuadríptico del proyecto "Summer's Almost Gone" del fotógrafo Alex Llovet.
Summer’s almost gone de Alex Llovet.

¿Cómo sabes cuándo debes dar por terminado un proyecto?

¿Cómo sabe un pintor cuando está acabado un cuadro? No hay ni fórmulas ni explicación lógica. En mi caso suele ser cuando ya estoy suficientemente satisfecho con el resultado y empiezo a detectar que los cambios, en vez de mejorar el trabajo, lo están empeorando. Suele haber un punto de inflexión en que sientes que la edición ha alcanzado su punto óptimo.

¿Alguna vez revisitas una serie que ya ha sido exhibida o publicada y la reeditas?

En el caso de las exposiciones, por supuesto. Hay que revisar la edición y puesta en pared, acorde con cada nuevo espacio. En cambio, en el caso de los fotolibros, no. Siempre estoy demasiado enfrascado en proyectos nuevos como para dedicarme a mirar atrás… Además, siempre cambiarías cosas porque el tiempo avanza inexorablemente y nunca eres el mismo que tomó todas las decisiones que acabaron convirtiéndose en ese libro, por lo que, de hacerlo ahora, el libro siempre sería otro. Creo en el fotolibro como un formato ideal, justamente, para cerrar proyectos y seguir caminando.

Fotografías del proyecto Epistolary  de los fotógrafos Alex Llovet y Josep Maria de Llobet expuestas en el festival Revela'T 2021.
Esposición del proyecto Epistolario en el festival Revela’T 2021.

¿Creas pensando en la presentación final, ya sea una exposición en una galería o un fotolibro?

Cuando tomo fotografías no suelo pensar en nada de eso. Es una pulsión, un proceso muy libre, muy intuitivo. En cambio, la edición suele ser un momento mucho más mental. Para conceptualizar, escoger, descartar y estructurar hay que poner la razón a trabajar.

¿Estás trabajando en algún proyecto actualmente? En caso afirmativo, ¿nos puedes adelantar alguna cosa sobre él?

Siempre estoy desarrollando varios proyectos a la vez. Summer’s Almost Gone, mi último libro recién publicado con Ediciones Posibles, ha supuesto una especie de culminación formal de muchos años trabajando en blanco y negro en torno a mi familia y amigos. Ahora siento que es el momento de explorar nuevas rutas y estoy volviendo al color, en una línea más de “nuevo documentalismo” pero sin perder la mirada lírica, y ampliando un poco el perímetro de mi territorio de actuación.

Todos tenemos referentes ¿Cuáles son los tuyos?

Por citar unos pocos, nombraré algunos fotógrafos contemporáneos cuyo trabajo me interesa especialmente: Paul Cupido, Vasanta Yogananthan, Gregory Halpern, Yann Gross, Bryan Schutmaat, Nadav Kander, Laura Pannack, Alexander Gronsky, Juanan Requena, Zhang Kechun, Simon Roberts… En cuanto a los clásicos, sin duda estarían Robert Frank, Josef Sudek, Diane Arbus, Lee Friedlander, Sune Jonsson, Francesca Woodman, Wynn Bullock, Ansel Adams o Garry Winogrand entre otros.

Como editor, ¿Qué requisitos crees que debe reunir un buen fotolibro?

Lo primero es que no se agote en una primera interpretación, que tenga suficientes niveles de lectura y me estimule mental y/o emocionalmente. Lo segundo es que sea honesto y consecuente, o sea que haya conseguido un equilibrio entre fondo y forma donde cada decisión formal (edición, puesta en página, tipografías, diseño, formato y materiales) venga dada por las características conceptuales del trabajo y lo potencie. Y lo tercero es que haya dado con el tono adecuado, algo un tanto abstracto, pero que sobrevuela todas las publicaciones memorables.

Díptico en el interior del fotolibro "Beware of the dog" de Alex Llovet.
Beware of the dog de Alex Llovet.

¿Qué consideras más complicado en el proceso de edición de un fotolibro?

No hay una parte del proceso que sea objetivamente más difícil que las otras, así que supongo que hay tantas respuestas como editores. Personalmente, mi mayor reto es siempre la puesta en página.

¿Qué consejos les darías a los fotógrafos/as que quieran publicar un fotolibro?

¡Que se apunten a uno de mis talleres! Ahora en serio, es importante ser conscientes de que el proceso de creación de un fotolibro suele ser un trabajo en equipo compuesto por autor, editor y diseñador. Rara vez una sola persona es capaz de desarrollar sola todo el trabajo con éxito… Así que mi consejo sería que se rodeen de un buen equipo de profesionales con experiencia contrastada y con quienes, además, tengan química personal.

¿Cuándo compras libros de fotografía, buscas proyectos que complementen tu mirada o sean afines o prefieres disfrutar con miradas que exploren aquello que tú no harías?

Soy bastante impulsivo con mis compras, así que hay de todo, cosas muy afines y otras más lejanas. A veces se compra un fotolibro el fotógrafo, a veces el editor, a veces el profesor y a veces, simplemente el lector.

¿Qué fotolibros te han sorprendido más últimamente y por qué?

Cuando vives rodeado de fotolibros, y lees nuevos continuamente, el efecto sorpresa es difícil y escaso… Pero puedo tratar de llamar la atención sobre algunos títulos bastante recientes y recomendables.

  • Mère de Julie Scheurweghs, publicado en 2022 por Kult Books.
  • 4 a.m de Paul Cupido, autopublicado en 2021.
  • Sub Sole de Massao Mascaro, publicado en 2021 por Chosse Commune.
  • Mientras dónde de Juanan Requena, publicado en 2022 por Ediciones Anómalas.
  • A Voice Above the Linn de Robbie Lawrence, publicado en 2020 por Stanley Barker.
  • Languor de Donavon Smallwood, publicado en 2022 por Trespasser.
  • Eduardo & Miguel de Ignacio Coló, copublicado en 2022 por RM, Phree y Ediciones Posibles.

Datos de interés:

Sitio web de Alex Llovet.
Perfil de Instagram de Alex Llovet.

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